sábado, 28 de mayo de 2011

La ciudad duerme, las calles lloran, las gentes no las acompañan en estas duras horas.
Tristes como cualquier ser humano, esperan la llegada de un nuevo día
Saben que el sol volverá a salir y repletas estarán, mientras tanto piensan en los problemas de la sociedad.
Los niños ríen, y juguetean como siempre, los mayores lloran más que nunca. En la intimidad eso sí, no tienen el derecho de ensuciar a nuestras juventudes.

El sol asoma, las calles sonríen, los nenes corretean, los mayores se lamentan, 12 horas de miedo y dolor, de pisadas sin corazón.

La noche llegará, y las calles volverán a tener esa vital y necesaria tranquilidad, tiempo en el que reflexionan sobre la sociedad

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