miércoles, 13 de julio de 2011

Mañana desfigurada, ocho soles en cada manzana, despertadores arruinando sueños, camas perdiendo color, lavabos despejando legañas, cabeza resacosa, alcohol de madrugada. Cafe en taza, calcetín apretando, la calle te espera, la mañana arranca. Sonrisas invisibles, mala hostia en cada esquina. Oficinas que mueren de asco, mientras las secretarias rompen corazones a su paso. Todo se acabo, me muero por robar mis sueños, por malgastar mi corazon tras entregartelo y ver como lo tirabas a un rincon
Cuando vivia en tus habitaciones, dormía en tus calles, correteaba por las farolas, veía fascinado como tus edificios alumbraban la ciudad, contemplaba la lujuria en los burdeles, el amor en los prostíbulos, el glamour en los teatros. Desfiguraba sombras a cada paso, dibujaba estrellas con la mirada, contaba errores mientras los bigotes de los señores perdían billetes que volaban sobre las aceras ante el malestar de las fachadas. Vecinos sucios, señoras elegantes, niños con granos, monumentos perdidos, pisadas húmedas, calles mojadas, sueños en cada esquina.. Despojando al malo de su fusible, abrigandonos a medianoche, susurrandote al oído la canción, silenciando el mundo con nuestro amor, absurdos pensamientos los de un servidor..  Cuándo eras niña no te conocía, las paredes de tu habitación más de mil veces ser he deseado, incertidumbre del mañana, oscuridad en mi deseo, tu vacío en mi cama.. Un grito que emitir, fuego ante ti, ausencia de pecados, aprendizaje constante, heridas en lo ajeno