miércoles, 13 de julio de 2011

Mañana desfigurada, ocho soles en cada manzana, despertadores arruinando sueños, camas perdiendo color, lavabos despejando legañas, cabeza resacosa, alcohol de madrugada. Cafe en taza, calcetín apretando, la calle te espera, la mañana arranca. Sonrisas invisibles, mala hostia en cada esquina. Oficinas que mueren de asco, mientras las secretarias rompen corazones a su paso. Todo se acabo, me muero por robar mis sueños, por malgastar mi corazon tras entregartelo y ver como lo tirabas a un rincon

No hay comentarios:

Publicar un comentario